Aspiramos a formar jóvenes que vivan la Fe y la cultura con madurez y alegría. Para eso, impulsados por el lema de “Piedad y Letras” acuñado por nuestro Santo Padre José de Calasanz, favorecemos y cuidamos el desarrollo de sus potencias físicas, anímicas y espirituales.
Propiciamos un ambiente que invite siempre al encuentro filial con Dios. Buscamos que nuestros alumnos conozcan y amen a Dios, especialmente en las clases de Catequesis, en la oración y en las celebraciones litúrgicas que se llevan a cabo a lo largo del año, centrados en la Eucaristía. Esperamos que descubran el amor de Dios pues, como afirma Calasanz, “es necesario antes recoger como cuenco para derramar luego a los demás como canales”.
El aspecto académico se funda en un sólido tronco de materias medulares impartidas a todos los alumnos (Lengua, Matemática, Historia, Geografía, Biología, Inglés, Física y Química). Anclados en ese consistente núcleo, se desarrollan tres orientaciones diferenciadas que completan la formación en las especialidades de Ciencias Sociales y Humanidades, Comunicación y Economía y Administración.
Asimismo, por nuestra identidad católica, buscamos que nuestros alumnos puedan crecer en virtudes cristianas como la amistad, la capacidad de esfuerzo y sacrificio, la generosidad, el espíritu de equipo y, por ello, propiciamos diversas actividades de un elevado valor educativo.
Consideramos de gran trascendencia las actividades como las convivencias y los campamentos en los que se consolidan los grupos y las personalidades, se aprende a superar adversidades y se forja el carácter. También valoramos la educación física y el deporte como actividades que ayudan a fortalecer el cuerpo y a desarrollar las virtudes. En las clases de Música y Plástica nuestros alumnos comienzan a gozar de la belleza de las grandes expresiones artísticas, a la vez que desarrollan sus propias cualidades.